*OVS más alla de la radiofonia

Luego de un agridulce 2008 en el que perdió a Jorge Guinzburg pero fue reconocida con numerosos premios, Ernestina Pais se prepara para enfrentar uno de los mayores desafíos de su carrera, al convertirse en la primera conductora mujer de «CQC».

Su designación, que despertó comentarios maliciosos del mismo Mario Pergolini, fue una de las noticias del año y ponen a la conductora en el centro de todas las miradas.

Ella, sin embargo, se muestra tranquila, a tal punto de explicar con lujo de detalles cómo se gestó la convocatoria que hoy la devuelve a la pantalla nada menos que al frente de «CQC», a partir de las 23 por la pantalla de Telefe.

+ ¿Es cierto que firmó un pacto de confidencialidad para no develar su pase a «CQC»?

No, en su momento fue algo que yo pedí. En una charla con la gente de Cuatro Cabezas sabíamos que la salida mía de «Mañanas Informales» y la de Mario (Pergolini) de «CQC» eran situaciones afectivamente que todos queríamos tratar con mucho respeto. No hubo ningún pacto de nada, queríamos tanto nuestro trabajo hasta ese momento que se dio de una manera muy natural, por eso ninguno de los dos habló.

+ Pero Pergolini anunció su retiro y se armó un efecto dominó…

¿Vos viste? Me sorprendió estar metida en eso, fue rarísimo, viví un poco en una burbuja ese año, no quería escuchar nada para que no me lastimasen más de lo que yo estaba herida. Ojo, yo vi las auto postulaciones y la mística que genera ser la primera mujer, es una situación especial, tengo un ego grande, pero también lo necesito para aguantar un montón de cosas, después la gente que tengo alrededor enseguida me lo baja.

+ ¿Cómo la tomó el fuerte respaldo que le brindó Claudio Villaruel antes de sumarse a las filas de su emisora?

Con Villarruel tengo muy buena onda, aparte es un tipo que para la media televisiva en cuanto a su formación es especial, es sociólogo, le gusta dialogar, posee una mirada más humana de la televisión. Yo siempre agradezco mucho el espacio que le da al tema hijos de desaparecidos en el canal, con él tengo muy buen feeling. Igual, como todo en televisión, si funciona me va a amar y si no funciona no se va a acordar quien soy…

+ En un momento se decía que Villarruel no te respaldaba, justo cuando Mario indicó en su ciclo radial que no te había elegido para reemplazarlo…

Por un lado Mario es así y va a ser así siempre; si él es el que sostiene que nunca una mujer iba a entrar, ¿cómo va a apoyar que entre yo, una mina? Además, ¿por qué él va a querer avalar a alguien que va a ocupar ese lugar? Es humano que él también sienta que nadie lo va a hacer mejor que él y ni siquiera quiera enterarse si alguien lo puede hacer. Igual es mejor, que odie la comparación me parece lo más humano del mundo, por eso no me metí con él. Mientras que con Claudio, mientras decían que él no me hablaba, yo ya conocía la interna y sabía que estaba respaldada. También se hablan muchas boludeces, han dicho cualquier cosa y publicaron cosas que no dije. ¿Cómo vas a creer que Claudio o Mario piensan tal cosa? Me ha ocurrido personalmente, pusieron cosas que no dije.

+ ¿Cuál es el desafío que le propone «CQC» en este momento de su carrera?

Bueno, es lo que a mí más me cuesta, estar en el ojo de la tormenta. Me cuesta desde lo personal manejar esa situación, aunque en un fenómeno como «Mañanas Informales» el contacto con la gente es muy impresionante. Salís a la calle y ya nada es lo mismo, eso es así, no me molesta. Toda la vida fui de pararme a hablar con cualquiera, de que si veo a alguien llorando en la calle le pregunto que le pasa, siempre tuve esa manera de ser. Pero los medios pueden destrozarte, así como te adulan pueden destruirte. Jorge (Guinzburg) me decía siempre «no te creas cuando te dicen que sos la mejor y tampoco cuando te dicen que sos la peor». Por eso trato de acordarme de eso todo el tiempo, ni soy la mejor ni soy la peor.

+ ¿»CQC» es lo que necesitaba su carrera en este momento?

Puede ser, eso me dicen todos… todavía no tengo mucha conciencia. «CQC» era un programa que miraba, obviamente, y ahí tengo grandes amigos. Lo veo como un grupo enorme; Diego Guebel es la cabeza real y, la verdad, yo en un primer momento voy a entrar como a todos los lugares, con mucho respeto y con el mayor profesionalismo. Yo le comentaba a Diego «tengo miedo»… y él me respondió que me habían tocado situaciones peores, con lo cual tengo que confiar que él tuvo una mirada sobre mí que debo respetar. Si él considera que estoy lista, debo estarlo.